Un papá que estaba dispuesto a reconocer a su pequeño hijo murió repentinamente durante la pandemia. Como el deceso se produjo en su casa hubo una autopsia para confirmar las causas del fallecimiento. Una muestra de sangre sirvió para el reconocimiento del niño, ya que el trámite había quedado inconcluso.
Una jueza de Familia de Cipolletti dispuso la filiación post mortem, iniciada por la mamá del niño y ordenó inscribirlo como hijo del hombre fallecido. La mujer, que contó con el patrocinio de una defensora oficial, adujo que mantuvo una relación esporádica y que en ese contexto nació su bebé.
Cuando el niño cumplió un año, una tía paterna apareció con la foto de su hermano y persuadió a la madre respecto al parecido entre ellos. Entonces se inició una vinculación. El hombre estaba dispuesto a reconocer a su hijo, aunque el aislamiento social, preventivo y obligatorio dificultó los trámites ante el Registro Civil.
A fines de 2020, el papá murió repentinamente en su domicilio. Hubo una autopsia para establecer las causas del deceso y se resguardó una muestra de ADN que sirvió de cotejo para la filiación.
El resultado de la prueba, incorporado al expediente en mayo de 2024, concluyó que la probabilidad de paternidad era superior al 99,9 por ciento, lo que llevó al tribunal a reconocer el vínculo filiatorio.
La madre del niño solicitó que, en caso de prosperar la demanda, se mantuviera el apellido materno, dado que ya es conocido socialmente con él. El fallo reconoció esta solicitud y ordenó la inscripción del niño como hijo de hombre fallecido, sin alterar su apellido actual.
Las muestras de ADN entre las prácticas más frecuentes
Las 8.604 prácticas iniciadas el último año se clasifican en distintos tipos y los más requeridos son: Accidentes de Trabajo con un 16 por ciento, Muestra para ADN con un 13 por ciento y Lesiones con un 11 por ciento. En total, en 2023, se tomaron 1.102 muestras para ADN y se practicaron 193 autopsias.
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