Un vecino de Viedma comenzó a recibir correos de una empresa de televisión satelital. Los ignoró, pero tiempo después comenzaron a llamarlo por teléfono de manera insistente, aún cuanto estaba adherido al Registro “No llame”.
Para evitar esto, hizo gestiones por teléfono, por las redes sociales de la firma y hasta con un chatbot. Finalmente, consideró que la situación configuraba acoso, demandó a la compañía y consiguió una indemnización.
Todo comenzó cuando el vecino recibió en su correo electrónico intimaciones de pago de DirecTV destinadas a otra persona. A pesar de comunicarse repetidamente para cesar el contacto, no obtuvo resultados. Primero trató de contactar a la empresa demandada vía WhatsApp y, después de varias tratativas, logró comunicarse con un representante, aunque más tarde sólo recibió respuestas de un bot.
Posteriormente, intentó por Facebook, donde un empleado le sugirió responder al correo electrónico recibido y le proporcionó un número de reclamo. Al persistir los problemas, llamó al 0800 de la empresa, informó el número de usuario recibido por correo, y se le proporcionó un número de trámite bajo el compromiso de informar su situación. Aunque los correos continuaron llegando por un tiempo, después cesaron.
Tras 20 meses sin recibir correos, DirecTV comenzó a llamarlo para ofrecerle servicios a pesar de su inscripción en el “Registro Nacional No Llame”.
La primera llamada fue automatizada, solicitó hablar con un asesor para explicar su situación y pedir que cesaran las comunicaciones. Le indicaron que debería bloquear las llamadas, una tarea imposible con números privados.
Después de intentos fallidos por WhatsApp y llamadas sin éxito al 0800, finalmente logró comunicarse con un agente de la empresa por Facebook. Luego del primer incidente con los correos electrónicos, consideró un reclamo judicial pero decidió no proceder debido a la rápida resolución.
Sin embargo, las llamadas constantes excedieron su paciencia: en esa instancia optó por iniciar una demanda de menor cuantía ante el Juzgado de Paz por ambas situaciones.
Finalmente, el juez de Paz de Viedma consideró la conducta negligente de la demandada, la evidencia presentada, y las normativas aplicables. Así, concluyó que DirecTV no cumplió con el régimen legal, especialmente al violar el deber de trato digno, a pesar de que el demandante estaba inscrito en el «Registro Nacional No Llame». Por lo tanto, condenó a la empresa de cable a pagarle al hombre un monto de dinero por daño moral y otro por daño punitivo, más intereses.