El jefe del Ejército, teniente general Guillermo Olegario Pereda, presidió la formación en honor a los camaradas caídos en actos del servicio y en cumplimiento del sagrado deber militar, realizada en el Colegio Militar de la Nación.
El cuadro de la formación estuvo enmarcado por la presencia de siete tambores, dos cañones y seis lanzas de tacuara, todos ellos símbolos de nuestra historia militar compartida, hoy reunidos bajo el manto de la Bandera de la Nación.
Los tambores nacieron para elevar la moral y el espíritu de las tropas, las lanzas tacuaras significan el respeto por la tradición y la determinación, y los cañones representan la potencia para acudir en defensa de la Patria.
En la acción de cada muerto por la Patria y caído en cumplimiento del deber hallamos la representación más plena de nuestros valores institucionales: el profesionalismo, la integridad, el honor y un amor por la patria que supera cualquier otro sentimiento; que su accionar sea la huella que guíe nuestros pasos hacia el futuro.
La formación comenzó con la presentación del personal al general Pereda, luego la Agrupación Sinfónica del Ejército interpretó el Himno Nacional Argentino y el capellán mayor del Ejército realizó una invocación religiosa.
A continuación, se leyó la resolución que instaura el 2 de noviembre como Día de los Muertos por la Patria y los Caídos en Cumplimiento del Deber, como también los nombres de los oficiales, suboficiales, soldados voluntarios y agentes civiles que fallecieron en actos de servicio en el año 2023, y el general Pereda colocó una corona de laureles en honor a todos ellos y a los que los antecedieron en el camino a la inmortalidad.
Luego se tocó Silencio Militar y el jefe del Ejército, al hacer uso de la palabra, expresó:
“(…) Hoy, hacemos un alto en nuestras tareas cotidianas para recordar a aquellos que entregaron su vida vistiendo el uniforme de la Patria creyendo que, a la hora de pensar en ella, todo sacrificio es escaso.
Para el Ejército Argentino constituye una obligación moral y un acto de justicia el recuerdo permanente de sus caídos. Los oficiales, suboficiales y soldados que supieron ofrecer el mayor acto de sacrificio, el de dar la propia vida, constituyen el ejemplo a seguir por las generaciones de hoy y mañana.
(…) Todos ellos, son prueba cabal del compromiso de un Ejército que sostiene valores que generan hombres y mujeres dispuestos a todo por su país.
En el Día de los Muertos por la Patria y los Caídos en Cumplimiento del Deber, reafirmamos que el sacrificio de nuestros soldados nunca será olvidado, porque su ejemplo es lo que nos anima a seguir.
Han sido hombres y mujeres de bien que han escrito páginas de gloria en la historia de nuestra institución. El valor, la abnegación, el coraje, el honor y el patriotismo que evidenciaron hasta su último minuto de vida nos emociona y nos compromete a perpetuar su memoria y ejemplo (…)”.
Finalizado el discurso del JEMGE, se entonó la Canción del Ejército y se dio por finalizada la ceremonia.