3 de septiembre – 91º aniversario del Comando de la Fuerza de Submarinos

3 de septiembre – 91º aniversario del Comando de la Fuerza de Submarinos

Hace casi un siglo, la Marina de Guerra Argentina iniciaba el camino de este componente, arma silenciosa de gran potencial estratégico.

En junio de 1916, el entonces Capitán de Fragata Segundo Storni subrayó la necesidad de incluir submarinos en la flota nacional.En 1917, cuatro oficiales argentinos, los Tenientes de Fragata Vicente Ferrer, Francisco Lajous, Eduardo Aquiles Ceballos y Osvaldo María Repetto, fueron enviados a Estados Unidos para recibir adiestramiento en submarinos, justo cuando ese país estaba por entrar en la Primera Guerra Mundial. Ellos se integraron a la Escuela de Submarinos de New London, Connecticut, donde participaron en el segundo curso dictado en esa institución, destacándose entre los primeros puestos en un grupo de 58 oficiales norteamericanos.

Al finalizar su formación, los marinos argentinos fueron asignados por seis meses a la Comisión Inspectora del Departamento de la Marina en los Astilleros Lake, donde adquirieron más conocimientos prácticos. Durante su regreso a Argentina, estos oficiales tradujeron al castellano un importante estudio proporcionado por el Jefe del Servicio de Submarinos de Estados Unidos, que incluía detalles sobre la política de uso de submarinos, la organización de flotillas, bases, tipos de submarinos y la estructura de la escuela de capacitación.

Con base en este estudio, los oficiales elaboraron un informe con recomendaciones para la Armada Argentina, sugiriendo, entre otras cosas, que la costa de Mar del Plata sería un lugar ideal para establecer una base de operaciones de submarinos. Esta iniciativa marcó el comienzo del desarrollo de la fuerza submarina en Argentina.

Los inicios y sus unidades

En 1926, la República Argentina decidió incorporar el arma submarina a su Marina de Guerra por gestiones del Ministro de Marina, Almirante Manuel Domecq García, quien obtuvo las autorizaciones para comprar los primeros submarinos de nuestra historia.

Mediante la Ley Nº 11.378, además de la compra se estableció la construcción de la infraestructura necesaria en las tierras aledañas al puerto de la ciudad de Mar del Plata. Así se dio origen a esa Base Naval y al Comando de la Fuerza de Submarinos.

Los primeros en llegar fueron los ARA “Santa Fe”, “Salta” y “Santiago del Estero”, denominados “tarantinos” por haber sido construidos en el astillero Franco Tosti de Taranto, Italia. Para el 3 de septiembre de 1933, los tres submarinos se reunieron finalmente en Mar del Plata, por lo que esta fecha se toma como el inicio de la historia del Comando de la Fuerza de Submarinos, cuyo primer Comandante fue el Capitán de Fragata Ramón Poch.

Veinte años después, la Armada Argentina encaró la renovación de la flota de la Fuerza de Submarinos, creada como tal bajo la comandancia del Capitán de Navío Fernando Muro de Nadal, y rápidamente las nuevas unidades fueron puestas en servicio, recibiendo su bautismo nuevamente con los nombres de «Santa Fe» y «Santiago del Estero», empleando siempre nombres de provincias argentinas que inician con la letra S en relación con este tipo de Unidad.

Le siguieron los submarinos clase Guppy, adquiridos a Estados Unidos en 1971. La dinastía nominal siguió la línea de sus antecesores, volviendo a recibir las denominaciones S-21 “Santa Fe” y S-22 «Santiago del Estero».

Paralelamente, en 1969 la República Federal de Alemania había comenzado la construcción de la Clase 209 o clase «Salta». Los S-31 y S-32, «Salta» y «San Luis», respectivamente. Estos constituían un gran salto tecnológico, obligando a un mayor desarrollo logístico, que se concreta con la creación en 1978 del Taller Aplicado de Técnicas Múltiples para Submarinos (TISU), actualmente Arsenal Naval Mar del Plata (ARMP).

El clase guppy ARA «Santa Fe» cumplió una destacada labor en la guerra de Malvinas, llevando buzos tácticos durante la Operación Rosario. Esta nave, fiel al legado del Almirante Brown, cumplió su última misión en las Islas Georgias del Sur, donde fue hundido por su tripulación.

Por su parte, el submarino clase 209 ARA «San Luis», llevó adelante una activa participación en la guerra de Malvinas, en la que logró burlar el bloqueo antisubmarino ejercido por la Flota británica, situación que se ve reflejada al haber recibido la medalla al «Valor en Combate».

El ARA «San Juan» llegó un año más tarde de finalizada la guerra y cumplió con diversas misiones y ejercitaciones. Tras su reparación de media vida, volvió a la actividad operativa hasta su trágico final.

ARA “San Juan” en patrulla eterna

El 15 de noviembre del 2017 el submarino ARA “San Juan” se comunicó por última vez con tierra. Se encontraba navegando con una tripulación de 44 submarinistas. Desde ese momento, se inició un intenso operativo de búsqueda al que se sumaron 19 países. El 23 de noviembre se produjo la detección de un incidente hidroacústico consistente con una explosión en proximidades con la última ubicación conocida del buque, continuaron los trabajos de rastrillaje en la zona y posiciones aledañas.

En la madrugada del 17 de noviembre de 2018, se realizó la identificación fehaciente del “San Juan” a una profundidad de 900 metros. La Armada Argentina y la familia naval recibieron con profundo dolor la confirmación de la pérdida en actos de servicio de 43 hombres y una mujer, quienes continúan siendo honrados y recordados.

Presente de la Fuerza de Submarinos

Mientras se espera la incorporación de nuevas unidades, el personal submarinista de la Armada Argentina mantiene un constante adiestramiento y capacitación para mejorar su nivel profesional. Este año, la Escuela de Submarinos ha dado un paso adelante con la inauguración del Adiestrador de Navegación de Submarinos (ADINASUB). Este avanzado sistema, desarrollado por oficiales y suboficiales del Comando de la Fuerza de Submarinos, proporciona nuevas capacidades de instrucción, mejorando significativamente el entrenamiento en navegación.

Además, la escuela cuenta con otros dos adiestradores especializados que permiten que los submarinistas adquirir una formación integral y detallada, preparándose para enfrentar diversas situaciones bajo el agua.

El submarino ARA “Salta” también desempeña un papel crucial en la formación, permitiendo que el personal se adiestre en técnicas y tácticas simuladas individuales y de grupo. Estos ejercicios mantienen un nivel de adiestramiento básico mientras que a su vez refuerzan la adaptación al medio y la importancia de la coordinación y el trabajo en equipo, fundamentales para la seguridad y eficacia de la tripulación.

Los submarinistas argentinos además anualmente de un intenso programa de adiestramiento con la Marina de Guerra del Perú, completando su formación en Unidades submarinas en la Base Naval de El Callao. Durante varias semanas, oficiales y suboficiales de la Armada Argentina se embarcan en submarinos peruanos realizando guardias en navegación y ejercicios conjuntos con Unidades de superficie, submarinas y Fuerzas de Operaciones Especiales.

Este enfoque en la capacitación y el entrenamiento constante, refleja el compromiso de la Armada Argentina con la excelencia y la preparación de su personal. Con una sólida base de conocimientos y habilidades, y a la espera de la incorporación de nuevas Unidades, la Fuerza de Submarinos se encuentra hoy preparada para enfrentar los desafíos futuros, cimentada en la dedicación y el profesionalismo de sus miembros, y con la firme convicción de que la defensa de nuestros mares seguirá siendo una prioridad estratégica para la Nación.

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